10 Claves para sacarle el máximo partido
Las buhardillas y los áticos abuhardillados son una excelente opción para lograr una vivienda acogedora y original, pero para que resulten confortables, hay que aislarlos del frío y el calor, y abrirlos al exterior para proporcionarles luz y ventilación.
1. Amplía los metros sin variar el volumen.
Casi todos los edificios antiguos del centro de las ciudades suelen tener espacios bajo cubierta que se usaban como trasteros o palomares. Con la presión residencial, los propietarios de muchos de estos edificios se han lanzado a rentabilizar esos metros dándoles uso como vivienda. Sea cual fuere su uso anterior, es posible mediante una rehabilitación pormenorizada, incorporar esta estancia a la superficie habitable de la vivienda o hacer de ella una casa independiente. Según la envergadura de la obra y si hay intervención en la estructura del tejado, se requerirá de un proyecto visado y de las licencias de obra pertinentes.
2. Haz un estudio previo de sus posibilidades
Para considerar habitable una buhardilla tiene que tener en la parte más baja una altura de 1,50 m. y, para circular cómodamente, un mínimo de 2,50 m. en al menos un 30% de la superficie total.
■ Pendiente. A mayor pendiente más posibilidades de aprovechamiento. La altura mayor se concentrará en la cumbrera, por lo que te convendrá proyectar una planta diáfana, sin compartimentaciones. Si la pendiente es muy baja, sube la cumbrera. Así corregirás la inclinación sin modificar la posición del alero, ni las proporciones de las fachadas.
■ Tejado. Si la cubierta está en malas condiciones es más económico reconstruirla que tratar de reparar el maderamen. La sustitución puede ser parcial, retejado y saneamiento, o del entrevigado. En cualquier caso, facilitan y optimizan la incorporación de aislamientos térmicos e hidrófugos y la instalación de ventanas de techo. Todos estos sistemas se tienen que completar con láminas impermeabilizantes en sección ondulada.
■ Estructura. Las vigas, cerchas, jácenas y pilares que sustentan la cubierta, constituyen un valor en la calidad visual y espacial de la buhardilla. Sin embargo, a veces evitan que se pueda circular cómodamente.
3. Imprescindible
Un buen aislamiento
Se debe instalar en todas las superficies que conforman la estructura: techos, paredes y suelos.
■ Entre cabios: Se consigue mediante paneles rígidos, semirígidos, mantas o membranas multicapa. Conviene incorporar una barrera de vapor del lado caliente del aislamiento para que actúe como barrera anticonvección y evite condensaciones. Otra posibilidad es emplear paneles de yeso laminado con aislante incorporado. Hay que dejar una separación entre el aislante y la cubierta para ventilar la estructura de madera.
■ Sobre cabios: Hay sistemas que incorporan el aislante en tableros sándwich, proporcionando en un solo material los elementos de cierre, el aislamiento térmico y el acabado interior. Entre los aislamientos naturales, están los paneles de viruta gruesa de madera de abeto aglomerados con cemento, que además de ser transpirables, crean un ambiente interior sano y son resistentes a la humedad. Otras opciones son los paneles de corcho negro y los planchones de cáñamo.
■ Paredes. Conviene crear una cámara aislada entre el muro y el tabique interior. Otra opción sólo aconsejable para viviendas de uso temporal es trasdosar el muro con placas de yeso con aislante incorporado.
■ Suelo. Si se trata de madera, se puede colocar un aislante entre las vigas o construir un entarimado doble con aislante intermedio. Será oportuno que funcione también como aislante acústico.
4. Si el tejado arranca del suelo, déjala diáfana
Este tipo de buhardillas sólo es aprovechable a ambos lados de la cumbrera o junto a una de las paredes, si se trata de un tejado tipo cobertizo. Su habitabilidad se reduce aún más si se trata de un tejado a cuatro aguas, limitándose al centro de la estancia. En estas situaciones no conviene compartimentar la buhardilla con tabiques que la seccionen en toda su altura. Si tienes que hacer alguna división, emplea muebles, divisiones de madera o tabiques prefabricados de yeso laminado que no lleguen hasta el bajo cubierta, permitiendo que no se frene la luz, ni la percepción espacial del conjunto.
5. Deja las áreas de mayor altura para circular
La distribución de la buhardilla debe adaptarse a la altura disponible. De esta forma, tienen preferencia las circulaciones, tales como desembarco de escalera y acceso a las habitaciones. A la hora de ubicar armarios aunque aprovechen la línea de pendiente, deja alguna de las puertas en la parte más alta. En cuanto a los cuartos de baño, la preferencia la tienen el lavabo y la ducha. Los sanitarios, al igual que la bañera, pueden instalarse en las partes más bajas. Quizás te convenga compensar estas pendientes con un casetón o una ventana abierta en el techo, cuya vista puede resultar muy agradable cuando estás tomando un baño. Las encimeras se pueden hacer más profundas para llegar a una altura cómoda a la hora de usarlas y los sanitarios se pueden instalar contra un muro bajo, que también sirve para empotrar la cisterna y como superficie de apoyo.
6. Colores claros para dar luz y amplitud
Un techo bajo puede resultar muy agobiante, especialmente si es oscuro. Una posibilidad es pintar toda la estructura y el entrevigado con un esmalte acrílico mate o semimate en colores hueso o crema. Otra opción es dejar las vigas en color madera y elegir para el entrevigado un revestimiento de escayola o yeso laminado que reduce el impacto visual de la madera y te ayuda a ocultar instalaciones o un maderamen deteriorado. Si se trata de una estructura de troncos puedes encalarla en blanco o pasarte al pigmento, empleando colores tan tradicionales como el ocre, el azul añil, el verde agua o el almagre. Con un tratamiento monocromático de la envolvente conseguirás ambientes más serenos y disminuirás la sensación de aplastamiento. En el suelo puedes emplear materiales continuos como las moquetas de fibra natural, la madera teñida o el cemento alisado.
7. iluminacióny ventilación
Para la apertura de huecos –y cualquier otra decisión que suponga la modificación de fachada– es necesario contar con licencia y la aprobación de la comunidad de propietarios. Las opciones de nuevos huecos son muy variadas:
■ Ventanas de techo: Con ellas se consigue de un 30 a un 40% más de luz natural que con un casetón del mismo tamaño. Se aconseja que el acristalamiento represente un 10% de la superficie de la buhardilla. Conviene distribuirlas a lo largo y a ambos lados de la cumbrera.
■ Luz a ras del suelo. Si tienes un tejado que llega hasta el suelo, existen ventanas fijas de antepecho, que se colocan debajo de las ventanas de techo, proporcionando más luz y vistas panorámicas.
■ Ventilación controlada. Existen marcas que proponen una ventana de tejado que incluye una aleta superior que puede ser abierta aunque la ventana permanezca cerrada. Se facilita su apertura con un sistema de accionamiento automático y domótico. Sólo se tiene que instalar y enchufar. Incluye un sensor que cierra la ventana automáticamente cuando comienza a llover.
■ Casetones. Aunque aportan menos luz que las ventanas de techo, se recomiendan en viviendas que deben seguir un estilo tradicional. Su mayor ventaja es que proporcionan luz donde se abre más altura, haciendo más habitable un espacio abuhardillado. Se pueden cubrir a una, dos o tres aguas. En su construcción se deben cuidar al máximo las juntas y los desagües.
8. Diseña aprovechando los planos inclinados
El objetivo principal es sacarle el máximo partido a la estructura adaptándole muebles a medida con diferentes usos.
■ Armarios. Los armarios son perfectos para ordenar el espacio bajo un techo inclinado. Si los colocas siguiendo la pendiente, sacarás partido hasta al rincón más insospechado, ya que ordenan y limpian huecos que de otra forma quedarían desaprovechados. Para aliviar su peso visual, ciérralos con puertas de cristal, frentes lacados integrados en las paredes o mallas de gallinero. Cuando los instalas en paralelo a la línea de cumbrera, les puedes dar más profundidad convirtiéndolos en vestidor o guardarropa.
■ Librerías. Aprovechan el espacio tanto en la parte más baja como en las más altas. Se puede tapizar toda una pared con unas estanterías triangulares hechas a medida.
■ Camas litera. Sitúalas en los espacios residuales, junto a la cumbrera o en las zonas más altas de la pendiente. Pueden organizarse, por ejemplo, sobre un guardarropa o aprovechando el apoyo de unas viguetas. Para acceder a las mismas emplea escaleras del tipo de las de granero, marineras o un mueble escalonado que te sirva al mismo tiempo para guardar la ropa de cama o la tuya personal.
9. Acceso a la buhardilla por una escalera
Si la buhardilla pertenece a una vivienda, las escaleras prefabricadas y modulares ofrecen muchas posibilidades si no cuentas con mucho espacio. Puedes optar por soluciones tipo caracol, compensadas o mixtas. La elección depende en todo caso del uso que se haga de la buhardilla. Puedes elegir modelos de madera o hierro. En cualquiera de estas posibilidades se debe contar con una altura de paso de al menos 2 m. En tramos rectos el ancho mínimo puede ser de 55 cm., en las curvas desde 1,5 m. de diámetro y las contrahuellas pueden ser de hasta 24 cm. de altura máxima.
10. La iluminación qué tener en cuenta
Una buhardilla necesita un estudio por sectores en los que cada situación requerirá de un tipo de iluminación específica. La luz ambiental juega un papel fundamental siendo aconsejable emplear lámparas de sobremesa con haz inferior y superior que creen manchas de luz en el techo y en el suelo, para ensanchar la altura. Las lámparas de suspensión sólo se aconsejan sobre mesas o en ángulos libres de circulación. Aunque la iluminación que mejor se adapta a las características del espacio es la que aprovecha la estructura, sujeta a vigas, pilares o empotrada en muros y suelo. Como focos de sujeción, leds encastrables en el entrevigado, muy útiles pues tienen 2,5 cm. de espesor, linestras de luz cálida o focos para empotrar en el suelo o en los muros.
Sistemas de ventanas que aprovechan la energía solar
Si vas a abrir ventanas en el tejado, aprovecha la ocasión para instalar sistemas ecológicos y de ahorro energético.
Puede haber dos opciones:
■ Sistema solar térmico integrado en la cubierta para el calentamiento del agua sanitaria. Hay dos modelos según la capacidad que se necesite de calentamiento y pueden instalarse solos o en combinación con las ventanas. Se calcula que puede cubrir un consumo diario de 30/40 l. de agua caliente, La instalación es muy sencilla, por lo que es posible realizarla con un fontanero y un instalador de ventanas.
■ Ventanas accionadas por energía solar. Este sistema aprovecha la energía del sol para motorizar las ventanas de tejado, con el consiguiente ahorro energético. Están especialmente indicadas para reformas, ya que no necesitan instalación eléctrica. También existe la opción de convertir una ventana manual en otra eléctrica accionada por energía solar.
Artículo: «Cambio de Imagen»